A menudo, a la hora de comprar pellet; nos encontramos con varios tipos, de diferentes marcas, con diferentes características y, por supuesto, con precios muy diferentes.
El primer impulso es decantarse por el más barato. Total... es para quemar.... ERROR. ¡La calidad del pellet es algo básico!
De la composición y características del pellet, tal y como se comentó en entradas anteriores, depende el correcto funcionamiento de nuestras estufas.
¿Qué quiero decir con todo esto? que hay que fiarse de las recomendaciones de los fabricantes de estufas, ya que ellos configuran sus aparatos en función de las calidades del pellet que luego van a recomendar.
Cambiar de pellet, generalmente, no provoca más que quebraderos de cabeza.
Si al final se decide cambiar de pellet, se han de leer las características detenidamente. Obviamente, si éstas ni aparecen en el envase podemos olvidarnos de esa marca. Aunque valga 1 €/saco.
Los sellos de calidad:
Austriacos y alemanes tienen sus propias normas de calidad (ONORM y DIN-PLUS) respectivamente. Algunos fabricantes españoles tienen ese sello.... Y realmente no sirve de nada. ¿Cuántos auditores alemanes les visitan? ¿Cómo aseguran la trazabilidad de la materia prima? De hecho, hay fábricas que tienen más de una planta de producción y reciben el sello para una de ellas y lo usan para todas.Parece que por ser un mercado "nuevo" vale todo, y al final el perjudicado es el consumidor.
Actualmente se está trabajando en el estándar EN-PLUS (a nivel europeo) por lo que parece que ¡por fín podremos tener una referencia fiable para comparar pellets!
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